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martes, 3 de julio de 2012

La Universidad, ¿derecho o privilegio?


Ayer escuché –en podcast- Los valores de la Universidad en Debates en Libertad, programa radiofónico de esRadio. La propuesta no defraudó gracias, supongo, a la participación de expertos como Mónica Mullor, Tiscar Lara y Julián Montaño.

Temas como la meritocracia, los tópicos referentes a la universidad privada en España, la figura de los profesores universitarios y de los alumnos, competitividad entre universidades, etc., se desgranan en un interesante debate de más de una hora y veinte minutos de duración.

Un asunto, no obstante, me llamó poderosamente la atención. El moderador del programa lanza la siguiente pregunta: La Universidad ¿es un derecho o un privilegio?

La respuesta de los invitados (resumida y no textual) fue la siguiente:

-Mónica Mullor, Especialista e Investigadora en Inmigración y Cooperación al Desarrollo de la Universidad Rey Juan Carlos)

             No es un derecho. Debe ser un privilegio porque lo público es caro. Los universitarios terminan con malos títulos, no competitivos. Con este asunto de otro paga, los estudiantes aceptan lo que se les da y no hay presión para tener universidades mejores.

 -Julián Montaño, Profesor y Director de Admisiones del IE)

             Frente a derecho versus privilegio es más acertado manejar el concepto de capacidades. La cuestión es determinar qué capacidades debe tener alguien para ser considerado universitario. Capacidades para el trabajo intelectual, el esfuerzo responsable, capacidad de memoria y de imaginación.

-Tiscar Lara, (Directora del proyecto Mobile Learning de Educación Expandida en la EOI)

            Debe ser un derecho entendido éste como una oportunidad accesible que se concrete en una oferta pública.


Las tres aportaciones me parecen interesantes y mucho más viniendo de la calidad de estos expertos educativos.  Sin embargo, quisiera hacer unas matizaciones.

-La Universidad, pienso que no debe ser un privilegio. En todo caso, habría que definir antes a qué nos estamos refiriendo con eso de que sea un privilegio. Ciertamente, lo público es caro pero más cara es una universidad privada para un alumno que no cuente con el privilegio de una solvente cuenta económica.

El liberalismo a ultranza necesita contrapesos. Al que no pueda pagar, si reúne las condiciones intelectuales universitarias necesarias, se le debe ayudar.

-La Universidad, no creo que deba ser un derecho. El derecho es a la educación y no a un cierto tramo de ella. Este matiz es importante. Y, nuevamente, en todo caso sería necesario concretar en qué consiste este derecho. Si es un derecho, la Universidad debe estar abierta a todos sin ningún tipo de selección pues eso sería una discriminación. El resultado de esta dinámica ya sabemos cuál es. Si la universidad es para todos, bajemos al nivel para que quepan todos.

El socialismo a ultranza necesita contrapesos. Si el alumno universitario no llega a unos mínimos intelectuales, se le debe orientar hacia otras salidas educativas o profesionales dignas.

-Coincido con el profesor Montaño que ese debate entre derecho versus privilegio es erróneo. La cuestión es una cuestión de capacidades.

Los primeros de carrera de muchas universidades se parecen, cada vez más, a guarderías. Alumnos que no saben escribir, que no citan y que se limitan a copiar y pegar, que estudian –con suerte- poco tiempo antes de los exámenes y que desconocen el rigor de la investigación científica.

Frente a liberalismos y/o socialismos educativos, redescubramos a Aristóteles. La educación es una cuestión de capacidades y de esfuerzo.  Cualquier visión de la Universidad, o de la educación, que no parta de esta premisa está destinada al fracaso.


Audio del programa




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