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viernes, 10 de agosto de 2012

La mente respetuosa y el acoso escolar


Pensando en los jóvenes, es preferible que se unan para construir casas u ofrecer conciertos gratuitos para los más desfavorecidos, a que se corran juergas en la calle o se sienten a fumar hierba en el sótano del vecino

Preferir el respeto a la tolerancia o lo políticamente correcto, es una apuesta sugerente por parte de Howard Gardner en su propuesta sobre las cinco mentes del futuro.

La tolerancia es ineficaz porque al ignorar las diferencias termina produciendo el efecto rebote de enardecer las mismas. Lo políticamente correcto excluye, en muchos casos, el respeto por esa tendencia a tratar a todos de la misma manera –positiva o negativamente- por pertenecer a un mismo grupo. 

El respeto, conlleva aceptar las diferencias, aprender a convivir con ellas y valorar a quienes formen parte de grupos distintos. No otra cosa es la mente respetuosa; mente necesaria en un mundo cada vez más mezclado y heterogéneo.

Simplificando, podríamos afirmar que la propia cognición humana se ve abocada al descubrimiento de las diferencias. Como indica Gardner, no es fácil contener esa propensión. Cosa distinta es cómo se etiqueten e interpretan esas diferencias. La Psicología Cognitiva coincide en afirmar que ese proceso es eminentemente cultural.

Un ejemplo sencillo y metafórico para no ofender a nadie. Inevitablemente, a un niño pequeño le llamará la atención un gato de color verde. Simplemente, porque es diferente. Si su madre le indicara que esos gatos son peligrosos, el niño crecería en un entorno cultural en el que la combinación gato y verde debe ser evitada.

A buen entendedor, con pocas palabras basta. Quien no entienda el ejemplo, que sustituya gato o verde por características humana.

Quisiera acercar mis reflexiones sobre la mente respetuosa a los casos de acoso escolar que proliferan, por desgracia, en nuestra sociedad occidental. Interesante es comprobar cómo estos casos son prácticamente inexistentes en otras culturas.


En España, para colmo, todo se politiza, burocratiza y se enreda en cuestiones psicológicas para llegar tarde y mal. No se avanza porque sólo se buscan culpables cuando se dan estos casos.  

La prevención es clave y no es difícil de llevar a la práctica. Dejar hacer a los profesores y promover acciones conjuntas de superación que implique a todo el grupo. Hay que atinar con la propuesta para que todos los alumnos colaboren, según sus cualidades, en el proyecto.

Recuerdo un caso profesional –de hace ya más de diez años- en el que en un aula existía un ambiente muy enrarecido. Creo que por suerte –muy inexperto uno en esa época- tuve la iniciativa de rodar un cortometraje con todos los alumnos de esa clase. Conseguida la ilusión y el compromiso de todos por sacarlo adelante, los problemas de convivencia desaparecieron.

Es mentira que los enemigos comunes unan a un grupo. Eso, al final, termina en contienda. Lo que une es hacer algo distinto entre personas distintas.

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