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lunes, 8 de julio de 2013

Todo lo que es líquido

Surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante -incierta- y cada vez más impredecible. Zygmunt Bauman.


Las reflexiones de Z. Bauman sobre las características de la sociedad actual –sociedad líquida- me parecen un marco apropiado para encontrar propuestas plausibles al convulso estado de necesidades (realidades) acuciantes en esta época de crisis: la crisis económica, la crisis institucional, la precariedad de los servicios públicos, el incierto futuro de la vejez, los vaivenes en la educación…
 
Aunque aún no he podido hacerlo, creo que ese Todo lo que era sólido de Antonio Muñoz Molina quizás sea un brillante reflejo ensayístico de esta situación líquida, en este caso la española, que emerge ante el derrumbe de aquello que parecía sólido.
 
¿Cómo es nuestra sociedad? ¿Es líquida? ¿Qué quiere decir eso de líquida? Usando dos ejemplos formulados por el propio Bauman, intentaremos responder, con brevedad, a esa cuestión.
 
 
Un americano medio cambiará once veces de trabajo antes de jubilarse. Una joven americana, afirma lo siguiente: Lo que no quiero en mi vida es ser como mi padre. Hace 25 años empezó a dar clases y sigue siendo profesor. Que aburrimiento.
 
El primer ejemplo nos lleva a un  cambio de paradigma social inimaginable: ya no se trata de aprender para incorporarse, con garantías, a la sociedad; se trata de aprender a desaprender porque el reciclarse será la manera de estar en el mundo.
 
El segundo ejemplo nos lleva a visualizar como las nuevas generaciones no comprenden, de ninguna de las maneras, esa sociedad (sólida e inexistente) que le queremos dejar en heredad: a los jóvenes, les importan más los tiempos que los espacios; quieren una vida interesante y no aburrida. Les encanta el cambio, están entrenados para el cambio.
 
Se hace difícil planificar el futuro y si algo son los jóvenes, es futuro. No es de extrañar la desafección masiva de la juventud hacia el compromiso social en unas estructuras que se están viniendo abajo. Que les guste el cambio no significa que no quieran ganar el futuro.
 
En próximas Entradas y al hilo de esas reflexiones de Z. Bauman intentaremos adentrarnos, inicialmente, en las repercusiones que esta sociedad líquida tiene en la formación de los niños y de los jóvenes.

 

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