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domingo, 30 de marzo de 2014

La terminal, metáfora de muchas cosas

La Terminal quizás sea una película menor de Steven Spielberg. Dirigida en 2004, e interpretada por Tom Hanks (Viktor Navorski), Catherine Zeta-Jones (Amelia Warren), y Stanley Tucci (Frank Dixon) no deja de ser una comedia que se aleja de lo propio de un Spielberg que intenta, sin acierto, emular al gran Frank Capra.

Viktor Navorski, natural de Krakozhia, llega a Nueva York, al aeropuerto JFK. En el transcurso de su viaje, su país sufre un golpe de estado. Por tal motivo, y al romperse las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con su país, Viktor Navorski se convierte en un indocumentado que no podrá salir de la terminal hasta que se resuelva el conflicto.

Aquí comienza la película y la peripecia del protagonista. Frank Dixon, responsable del aeropuerto, será su pesadilla particular. La trama no da para mucho pero la intención del guión, sí. La terminal es metáfora de demasiados asuntos.


Viktor Navorski es ciudadano de ninguna parte, atrapado en un aeropuerto que es metáfora de un mundo desconocido y hostil. La hostilidad está representada por la legalidad que representa Frank Dixon. Viktor Navorski llega en avión aunque podría haber llegado, perfectamente, en una patera.

Viktor Navorski hace amigos. Principalmente con dos empleados del aeropuerto que no son estadounidenses y con problemas pendientes de solucionar. Las relaciones humanas como metáfora del desamparo.

Viktor Navorski sabe querer a una mujer que, como él, espera a que su vida tenga alguna solución. La espera como metáfora de la esperanza.

Viktor Navorski sabe buscarse la vida. No tiene un duro y empieza a sentir la dureza del hambre. La necesidad como metáfora del emprendedor. No necesita cursos sobre emprendedurismo. 

 https://www.youtube.com/watch?v=ndSn1GdsAjY Vídeo ilustrativo de su emprendimiento.

Viktor Navorski esconde un secreto. El por qué de su viaje a Estados Unidos. Quizás, la metáfora más lograda de la película.