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domingo, 6 de abril de 2014

Zugzwang: el ajedrez y la vida

Zugzwang hace referencia a una posición propia del ajedrez. Se produce cuando al verse un jugador obligado a jugar –porque es su turno- perderá irremisiblemente la partida. Zugzwang es una palabra alemana que deriva de zug, jugada y zwang, obligación.

Los aciertos de un jugador, o los desaciertos del otro, producen, en ocasiones, estas posiciones que suelen presentarse en los momentos finales de la partida.

En la siguiente posición, es el turno de las negras. El rey negro sólo puede mover a la casilla d7, jugada obligatoria que le hará perder la partida pues tras Rb7, por parte del blanco, el peón coronará.


Esta situación táctica del ajedrez puede dar lugar a diversas reflexiones que relacionen, dicho concepto, con la propia vivencia personal de cada uno. Muchas veces, las situaciones son tan complejas que, se haga lo que se haga, la situación empeorará en todos los casos.

Suele ocurrir esto, por desgracia, en situaciones de indefensión: por ejemplo, en cualquier tipo de acoso. La víctima se ve, siempre, en una situación dramática. Haga lo que haga, empeorará su situación. Por eso, nada peor que dejar a estas personas solas. Una sociedad que deja en soledad a estas personas, convierte al ser humano en una pieza de juego.

Sin embargo, la vida, otras veces, no es tan dura con uno y puede permitir una opción plausible ante cualquier dificultad: dejarlo estar, es decir, negarse a mover pieza porque uno está en su derecho de hacerlo. El ajedrez obliga; la vida, puede que no.

Cabe, finalmente,  la astucia del que, sabiendo que debe mover, lo hará a su manera y negándose a jugar el juego que los demás quieren. Estos son los ejemplares. Aquellos que están a otro nivel. Como Tomás Moro con su querido rey Enrique VIII.